Me sentía muy bien, estaba con Pris, realmente me encantaba esos momentos, la clase nos seguía molestando, solo nos reíamos como antes, con la diferencia que teníamos un pequeño secreto compartido, esos días eran como cualquiera, a veces quería pedirle salir pero muchas veces las circunstancias no ayudaban.
Soñaba todos los días con ella, si no era en la noche lo hacía por las tardes, realmente estaba metida en mi cabeza, yo estaba enamorado de ella desde hace mucho, y se notaba demasiado.
Empezaba a volverme romántico, escuchaba muchas canciones de amor, para ese entonces yo estudiaba mandarín, y la mayoría de las canciones que escuchaba (por no decir todas) eran extremadamente románticas; además que escuchaba canciones en otros idiomas, pero todas románticas, las colocaba a mi estado de ánimo y a la situación en la que me encontraba, era un romántico empedernido.
Escribía muchas cosas, pero muchas de ellas se extraviaron, así que decidí hacer una especie de diario basado solamente en mi relación con Pris, muchas no eran “diarias”, pero si se dejaban entender.
Para eso Pris y yo, teníamos una relación bonita, pero algo extraña para ser enamorados, yo suponía que nuestro trato cambiaría al ya no ser solo amigos, pero no, ella me trataba como siempre, y yo quería expresar lo que sentía por ella, y más aún en ese momento que ya la tenía como enamorada.
No me parecían algunas cosas que hacía, inclusive sus amigas cercanas de la Universidad me preguntaban si me había peleado con ella porque su trato era distinto conmigo, yo no me explicaba el porqué, y cuando le preguntaba no me decía más que: “no, no me pasa nada, ¿porque?”.
Desde el día que empezamos tenía pensado escribir sobre ella, cada vez que sucedía algo resaltante o cuando lo creía necesario, quería conocer cómo iba mi relación con ella ya que mi plan era estar con ella mucho tiempo, y cuando solía olvidar las cosas me encanta recordarlas leyendo después de un tiempo lo que sucedió en algún momento.
Desde el día 5 de octubre empecé a sentarme por las noches en mi ordenador a escribir, muchas noches fueron largas, unas muy lindas y otras no muy agradables.
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