miércoles, 13 de abril de 2011

Cuando el amor no llega… ¿Se debe esperar?

Muchas veces queríamos salir a tomar algo, ya que casi nunca lo hacíamos, muchas cosas como esa no la tenía escritas completamente pero intentaba recordar lo más que podía para poder escribirlo y poder tenerlo en “mi libro”.

Recuerdo que una de esas salidas fue en el cumpleaños de nuestra amiga Liz; decidimos salir a un lugar para tomar y bailar por la católica.

Como ya había dicho Priscilla, apenas saliéramos de la clínica nos encontraríamos con Liz y su enamorado en aquel lugar, nos demoramos unos cuantos minutos imprimiendo un informe, luego tómanos un carro ya que caminando era algo lejos, éramos Romina, Priscilla y yo, cuando estábamos por llegar Priscilla vio por la ventana al ex de Romina con una chica agarrados de la mano, buscó la manera para que Romina los viera y lo consiguió ya que antes no le había creído, en ese momento si tenía que hacerlo. A Romina no le quedó más que aceptar que Priscilla tenía razón.

Llegamos a “La Ruta” y como era de esperarse estaba lleno, era viernes, y además se presentaría un grupo algo conocido, Priscilla quería ir a la barra porque era prácticamente el único lugar donde se podía tomar algo sentados, así que fuimos a la barra y pedimos media caja de cervezas, era aun de tarde y la gente bailaba, lo malo era que el ambiente a mi parecer no era muy adecuado para bailar, tenía que esperar a que deje de ser de día, además que estaba muy lleno el local.

Mientras tomábamos no hablábamos mucho, esperamos a una amiga de Romina, y seguíamos tomando, en mi mente decía (no se vale ahora que Priscilla quiere salir a mí no me da la gana de sentirme cómodo, ni de sacarla a bailar) y no era por flojera como en un principio pensé sino que era nuevamente la maldita timidez.

Ya estaba oscuro y los juegos de luces hacían su trabajos, el ambiente se ponía algo mejor, era mi oportunidad para sacar a Priscilla a bailar y que no se aburra como parecía, pero ocurría un problema, el grupo ya iba a tocar, y apagaron la música, estaban probando sus instrumentos, y ahí fue cuando maldecí al cantante, sentía impotencia al no poder bailar con la chica que me estaba empezando a gustar, o peor aún (aunque quizás sea mejor) con la chica de la que me estaba enamorando. No quería cometer un error con ella, era muy linda y no se merecía aburrirse la primera vez que salgo con ella así sea en grupo.

Liz se la pasaba besando a su enamorado mientras yo me sentaba en una silla de la barra, Romina no tomaba casi nada porque tenía miedo a que se le sienta el olor, y cada vez que fumaba hacia unas exageraciones únicas para que el humo no se le peque al cabello.

Aburrido y algo enojado conmigo mismo veía a Priscilla y me imaginaba como seria si estuviera con ella, parecía un niño soñando despierto con la chica que le gusta, pero yo era peor por que soñaba con la chica que me gusta cuando está delante mío, me daba cólera y pena al mismo tiempo, llegaba a pensar que no era el indicado y que sería mejor olvidarla ya que no hice nada y era mejor hasta ahí, fue bonito lo nada que duro.

Romina me molesto con Priscilla para que la saque a bailar, nos reímos y yo le dije a Priscilla que la sacaría cuando suene otro ritmo, Romina se quedó algo conforme con eso, y para mi muy mala suerte no sonaba algo bueno, me daba cólera, así que pensé sacar a bailar a Priscilla así sea que estemos apretados por la gente que estaba ahí, pero cuando ya estaba por hacerlo ella saco a Liz a bailar, Romina me pidió a mi bailar así que no podía negarme, por lo menos estaría cerca de ella, en ese momento se me vino a la mente lo soñado muchas veces, la besaría cuando estemos conversando, diciéndole que probaría algo, que me estaba enamorando de ella y que quería confirmarlo con ese beso, el problema era como lo tome, ya que la conocía bien pero no mucho como para besarla y saber que opinaría.

Después de bailar con Romina, seguimos tomando las ultimas cervezas que nos quedaron, Priscilla bailó un rato con Romina y mientras se reían, un par de chicos ya mayores les pidieron bailar, no sentí celos pero si pena por mí, - yo debería ser el que esté bailando con ella - me decía resignado.

Cuando estaba tomando un vaso me di cuenta que estaban regresando, no duró mucho el baile, y Priscilla nos dijo que el pata se le acercaba mucho, a pesar de que no era nada feo no le gustó a Priscilla ¿estaría esperando a que la saque a bailar? O simplemente no tenía ganas de nada y prefería aburrirse como lo estaba haciendo yo.

Cuando ya toda la gente estaba bailando sin cesar y vacilándose con el grupo, me decidí en sacar a bailar a Priscilla no me parecía justo que después de casi 2 horas en ese lugar no haya bailado con la chica que me estaba interesando más de la cuenta, la canción no fue la gran cosa, y el momento menos aún, no fue algo que marque el momento, y peor aún ella me dijo que fuéramos a tomar porque se estaba acabando la cerveza, eso no me gustó del todo pero le aceptaba casi todo lo que me decía.

Acabamos la cerveza y ella me dijo que tenía que irse, para ese entonces Romina ya se había ido, no tenía permiso hasta muy tarde, (se fue a las 7pm), ya eran cerca de las 9 y ya nos estábamos yendo del local.

Esa tarde no me gustó nada, lo único que podía rescatar era que salí a un lugar público con Priscilla pero eso de que me ayudaba si el lugar ni el momento me ayudó, no sirvió de nada esa tarde, hasta estaba pensando en arrepentirme de haber ido, pero no, no podía hacerlo, era por ella y todo lo que haría desde ese entonces por ella valdría la pena.

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