Son las 12:17 AM, me demoré mucho en decidirme a escribir esto; tengo examen mañana, pero realmente creo que vale la pena escribir en estos momentos sobre ella.
Después de lo ocurrido con la última carta que pensaba escribirle decidí, entrar a Internet el domingo después de navidad, aún recuerdo que ese día le mande un mensaje incluyendo un “te quiero” pero nunca respondió el mensaje, ya no me dolía tanto pero creo que en ese momento me estaba mintiendo, el domingo al entrar la encontré en línea y pensé en decirle de una vez que nos debíamos una conversación, me dio la razón, me dijo que deberíamos hablar, le comenté que seguía soñando con ella, me respondió que ya no debía hacerlo, en ese momento aseguré lo que ya tenía pensado, “ella también quiere terminar”, por una parte me sentí mejor, pero también sentí la tristeza que me causaría después, solo lo pensé y vi que ya no sería como antes, ya no podré abrazarla pensando que es mi enamorada y que me quiere pensando en eso también, pero no era justo, esos días no había trato de enamorados, y me puse a pensar como cualquier otro, “si no funciona debes terminarlo”, me costaba admitirlo pero sabía que tenían la razón y tenía que hacerlo sino cada día estaría peor.
Llegó el lunes y estaba llegando tarde, bajé del micro y cuando caminaba apurado vi un taxi que se detuvo, en él vi a Priscilla, subí y no sabía cómo tratarla, solo se me ocurrió decirle “de dónde vienes”, se rió y me dijo – “tonto de donde crees pues si son las 7 AM”, yo también me reí y por lo menos esa pregunta tonta hizo que nos uniera algo, yo me adelanté a clases mientras ella esperaba a Romina, yo no quería entrar todavía porque ellas se demoraban, no era justo que me haya hecho subir al carro y ella no ingresara, afortunadamente si llegaron a tiempo y pudimos entrar a las primeras horas.
Tuvimos un break de 2 horas, así que me acerqué a ella para recordarle que hablaríamos luego, me dijo que sí que lo haríamos luego, pero cuando yo terminé de hacer unas cosas, un amigo de la clase se quedó conversando con ella, cada vez se pasaba más el tiempo, yo no sabía cómo decirle que teníamos que hablar, no sabía si se había olvidado, o si no quería hablar, quizás se había arrepentido, pero no lo sabía porque ni siquiera me miraba cada vez que pasaba por su carpeta; hasta que faltando un cuarto de hora para que empecemos clases él se fue, así que aproveché para sentarme con ella y decirle que hablemos.
Cuando me acerque se rió como siempre lo solía hacer, eso me encantaba, también me reí pero de una manera triste, como sabiendo lo que iba a pasar, le pregunté que necesitaba saber que sucedía, que ella me dijera, que la quería entender pero si no me decía nada no podía adivinar, me dijo que no se entendía a sí misma, ella había cambiado en sus reacciones, y me dijo que se enojaba cuando la molestaba o por cualquier cosa que pase entre los dos, en cambio cuando éramos amigos como que no tenía el derecho de hacerlo, me tomaba más en cuenta cuando éramos enamorados y por ende se enojaba conmigo de aquellas cosas, luego me dio a entender que estábamos mejor como amigos que me quería mucho y que era muy lindo, le dije que el mejor día con ella fue el día de mi cumpleaños que pasamos sin planearlo, hablando de varias cosas, y pasándola muy bien, o por lo menos yo la pasé como creo nunca había pasado, fue muy linda esa tarde.
Luego me agradeció la última carta que le di, me dijo que contó las veces que escribí su nombre, y que le gustó el detalle (mi mente decía “qué bueno, pero si me quieres porque no lo intentamos”), luego hablamos del primer día, que quizás no hubiéramos estado yo le dije que podríamos tomarlo como si ese día nunca paso para que no nos acordemos que estuvimos en algún momento, claro que no lo olvidaríamos pero fingiéndolo podíamos ayudarnos, ya que nos veríamos todos los días y en todas las horas.
Casi al final de la conversación, llego Liz (en realidad Liz terminó la conversación) antes de que llegue le dije : “entonces, como vamos a hacer Pris, prácticamente está en ti”, ella se quejó de que no le dijera eso, pero lamentablemente era verdad, le dije que podríamos tomarnos un tiempo pero para ella no habían tiempos, le expliqué mi manera de tomar eso, pero no, ella era terca, así que no le quise insistir, al final me dijo que me quería más como amigo, me costó mucho, peor le dije: “bueno entonces quedamos así“, cuando llegó Liz ya dejamos de hablar, y a los pocos minutos me abrazó diciéndome, “lo siento “. Ese fue el abrazo que no me gusto de todos, (o de los muy pocos) los que nos hemos dado.
Tenía miedo que me alejara, pero estaba más que seguro que ella sería la que lo hiciera, la quería y la quería mucho, pero era mejor estar así , ella no estaba cómoda, y yo ya no podía sentirme peor, creo que había hecho lo mejor aunque siga soñando que me quería como yo quiero, como yo la quiero, pensando en ella a cada momento y soñando todos los días, escuchando las canciones interpretándolas como si la letra siempre fuera sobre ella y yo, estaría triste pero nunca cuándo alguien me mire.
Saliendo de la universidad, nos fuimos juntos Romina, Liz, Pris y yo, al llegar al paradero Romina se fue con Liz y Pris tenía que irse en el mismo carro que yo, al subir me dijo que se sentaría adelante (detrás del chofer) porque el carro se llenaba, pensé que no quería hablar conmigo a pesar de que creía que nos faltaba decirnos algo, me senté adelante y el carro no se llenaba, empezaba a hacerlo cuando yo me bajé, y para esto le tuve que tocar el hombro a Pris para decirle “chao nos vemos”, ella hizo lo mismo, y luego no quise voltear a ver el carro, solo recordé que estaba con sus lentes puestos, y reaccionó como si fuera un extraño del que ese estaba despidiendo.
Esa tarde me la pase pensando, a pesar de que estaba trabajando (aunque no me gusta llamarlo “trabajo”), recordaba todas las cosas o las que podía, sobre ella, las canciones de mi mp3 eran todas románticas, rogaba no entender las letras en otros idiomas de esas canciones pero no podía, me daba cólera saber que muchas de ellas se las dedicaba sin que ella las supiera, pero ya se había terminado, yo seguiría pensando en que puede funcionar pero ella no lo haría porque así era su manera de pensar.
Al otro día teníamos que encontrarnos unas horas antes de clase para hacer un trabajo y exponerlo ese mismo día, cuando Priscilla llegó solo dijo “hola”, y conversamos todos del trabajo , cuando llegué a clase me senté atrás porque también teníamos un examen del que no había estudiado nada, ellas se sentaron juntas, adelante, yo solo podía verla a lo lejos, pensando en cuanto la extrañaría y cuanto ya lo estaba haciendo, también pensaba en si ella lo estaba haciendo, pero decidí ya no torturarme con eso, y despejarme, venia el año nuevo, quería divertirme, y no como muchas veces la he pasado aburrido en casa, y solo conversado con mis amigos, este año nuevo sería distinto, siempre he dicho que si uno pasa mal el año nuevo lo pasara así todo el año, pero ahora ya gano dinero, solo faltaba pasarla lejos de casa, un amigo del Brasil vendría a pasar en año nuevo y yo viajaría a Camaná si es que todo nos salía bien a mis amigos y a mí, intentaría por primera vez pasármela bien y sin recordar tanto y dejando de ponerme triste.
Priscilla hasta donde tenía entendido saldría pero no sabía dónde, hasta escuché que le pedía pases para el matrimonio de la prima de Romina, porque se casaría ese día, en ese momento me dieron ganas de cancelar todo lo que había pensado y pedirle que saliéramos, pero no era oportuno. Solo esperaba que nos vaya bien y que podamos estar contentos los dos, más ella que yo claro está.
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