Un día como el de ayer falleció mi hermano , no tenía ganas de escribir como solía hacerlo todos los años, primero porque un amigo cercano falleció justo en el día en que pensaba escribir y quedarme hasta muy tarde haciéndolo, estaba triste, pensativo, cuando me dieron la noticia por teléfono saliendo de trabajar sentí el estómago vacío, sentí que no era cierto, y me quedé pensando, no me dieron ganas de llorar, pero sí de recordar, no lo podía creer, llegué a casa, dejé mis cosas y le conté a mamá, le dije que iría a su casa porque lo estaban velando, ahí me encontré con todos mis amigos y casi toda la cuadra, había muchos arreglos de flores ahí afuera, me contaron que lo había atropellado un bus de los interprovinciales, a más de 120 kilómetros por hora, él estaba siguiendo a su papá porque se pararon en media carretera y no se dio cuenta que el bus estaba viniendo, lo arrojo más de 60 metros, le hizo trizas los huesos, y al caer se le reventó el cerebro (quizás me esté equivocando porque esa era la versión de mis amigos).
La madre estaba llorando demasiado, el padre ya no lo hacía, era muy triste ver que tu amigo de 18 años falleció, cuando abrieron el cajón (me quedé hasta tarde para verlo) vi su rostro que estaba completamente hinchado, tenía tapado parte del cerebro, y tenía cocido parte de su rostro, aparte de las raspaduras, le habían hecho la autopsia, se veía raro, y en ese momento fue cuando creí que estaba muerto, vi la foto que pusieron en su cajón, y recordé que muchas veces le rechacé tomar, era muy engreído, pero nadie se podía merecer eso, el menos.
Ese momento hizo que mis pensamientos se alejen de Priscilla, ya no pensaba mucho en ella, hasta cuando escuché algo que me dolió, habíamos hecho un trabajo y se enojaron porque pregunté quien lo había ordenado mal, seguro pensaron que lo hice con mala intensión y Priscilla fue la que más se enojó, ya no me importaba tanto como antes, pero lo que me dolió fue otro día que yo estando fuera de clases, escuchaba muy claro lo que decían, teníamos que arreglar ese trabajo, y me llamaron porque salí de clases, estaban conversando y perdiendo el tiempo, (cosa que no me agrada mucho) hablaban sobre el chico que le gustaba a Romina y no sé qué más, no tenía nada que hacer ahí y por eso salí, hasta que dejaran de hablar, no me gustó la manera en que Romina me gritó como mandándome, “oye ya ven!”, no podía creer como aguantaba, cuando al ir escuché a Priscilla decir, “me llega que diga las cosas así!, que se queje como si él no se equivocara!” (O algo así) ella estaba de espaldas, y yo solo pensé un segundo en que pena me daba eso, podía tener la razón, pero creí que no era verdad eso de que no se enojaba.
Escuché que tuvo un nuevo pleito con la esposa de un ex que tuvo en clases, algo como que le habían hecho un Facebook con una imagen poco agradable, pero que la ejemplificaba muy bien porque al parecer se molestó y llamó a Priscilla a una PC para que lo vieran, quería ir pero ya no tenía ese derecho además ya le molestaba mi presencia a Priscilla, se notaba mucho, así que preferí solo preguntar a sus amigas, las que al parecer tampoco sabían del todo.
Cuando ella regresó algo enojada, le pregunté sobre eso pero no me hizo el mínimo caso, estaba sentado delante suyo pero me ignoraba completamente, me dio pena ese momento, pero no pensaba esforzarme más, ya no era necesario y merecido, si no la saludaba no nos saludábamos, fingía en el Messenger cuando la saludaba, diciéndome un “hola” como si fuéramos los mejores amigos, ya no siéndolo, en ese momento estaba decidido a conseguir la pasantía y largarme de Arequipa, para ya no molestarla, para que ya no me haga sentir mal y olvidarme de ella, esperaba que ese tiempo fuera lo suficiente, eso quería, ya no quería que estemos mal, no valía la pena.
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