Hoy me dieron ganas de trabajar, o por lo menos de hacer prácticas y vestirme con camisas y zapatos (jajá claro solo por eso) también quería buscar que escribir ya que no tendría más que la Universidad como fuente y no me bastaba.
Miraba a muchas personas que estaban ocupadas y trabajaban, quería estar más ocupado, claro también conseguiría experiencia pero eso no me importaba mucho en esos momentos, lo tomaba como segundo plano.
Quería despejarme y dejar de pensar un poco en mí, necesitaba estar con gente (o eso creía) pero me daba cuenta que no era yo en ese momento, ese día terminó como siempre, sin nada extraordinario que escribir.
El jueves recibí la llamada de Pris me comentó que estaba preocupada por un puesto de trabajo, había postulado a practicante de Recursos Humanos en una empresa, estaba emocionada, pero estaba más nerviosa, yo intentaba calmarla y tranquilizarla, ya que estaba más preocupada que no la contraten porque su referencia en Arequipa no fue muy buena persona cuando la llamaron y preguntaron si Pris había laborado allí.
Me preocupaba el hecho de tan solo verla así, triste y angustiada, intentaba hacerla reír y lo hacía pero no cambiaba de estado de ánimo, empezamos a hablar como lo hacíamos antes, me di cuenta que podíamos hablar horas sin aburrirnos, podíamos volver a hacerlo, eso me gusto ese día, me dijo también que tenía su última entrevista esa tarde, le deseé suerte y me dijo que me llamaría más tarde.
No pasó más de media hora y el celular sonó era ella preocupada diciéndome que se había olvidado el dinero en su casa, que solo tenía para llegar pero no para regresar, me la imaginé y me entró algo de ternura, tenía ganas de decirle “no te preocupes dime donde estas y yo te recojo” pero me di cuenta que no debería hacer eso, así que solo le dije que llamara a su tía para que la recoja, no tenía saldo y yo para eso le recargaría a su celular desde mi casa, me dijo gracias, no se le había ocurrido esa idea, no me demoré mucho en recargarle, la llamé y me dijo gracias de nuevo diciéndome que me llamaría después de su entrevista.
Eran casi las 7 y me llamó diciéndome que ya había terminado y que le fue bien, me dijo que estaría ocupada y que me llamaría después, esperé su llamada hasta las 11 de la noche pero no llegó, le timbré y luego la llamé pero me cortó, por un momento pensé que le había pasado algo y que no tenía su celular, pero después pensé que si hubiera pasado eso ya me hubiera dado cuenta, así que supuse que estaba ocupada seguro con su tía, casi a las 12:30pm me mandó un mensaje diciéndome: “sorry x cortarte…acabo de terminar de hablar con mi tía…sorry x las molestias y mil veces gracias!!!” en ese momento me dije: “gracias a ti por hacerme sentir así”.
Ya por la mañana del otro día a eso de las 8am me llamó de nuevo, no sé si por compromiso de que me había cortado el día anterior o si quería preguntarme algo, pero no fue ninguno, quería contarme como le había ido, y si ya estaba contratada o no, ya sabía la respuesta (no sé porque), la felicité, no con las palabras clásicas, sino con las que yo suelo, las que no parecen felicitaciones, me sentí bien por ella, le dije que estaba muy bien que quiera quedarse en Lima y trabajar, que crezca, que se vaya a otros lugares, le conté mi plan, y le atrajo un poco, le gustó la idea de verme en otros países estudiando y trabajando, me costaría claro, pero si no me costaría no lo iba a valorar, le dije mucho sobre mí y sobre lo que quería hacer aparte de eso.
También llegamos al tema de la familia, y me di cuenta que cuando hablamos de mamá, le hice recordar cuando estuvimos, yo también lo pensé, y me cambio el tema, me sentí un poco mal porque creí que la había incomodado, pero no lo hice apropósito, el largo rato hablando hizo que me sintiera muy a gusto y cometí el error, de comentarle algo de mi regalo de cumpleaños, le dije que estaría muy ocupada, ya tendría que trabajar, y que esperaba que nos diera unas horas en su agenda siquiera para celebrarle su cumpleaños, luego me mencionó que me había dado algo muy suyo en mi cumpleaños, y en ese momento cometí el error de decirle que yo también le daría algo muy mío, en ese momento me agarré el rostro diciéndome, “estúpido ya las fregaste” solo esperaba que no recuerde esa parte de la conversación y que al final le guste el detalle que le daré ese viernes 15 de abril.
Me hizo sentir bien, muy cómodo, me di cuenta que la iba a querer por mucho tiempo (y hablo de mucho tiempo) que me disculpe por haberla adorado mucho tiempo después de haber terminado, pero quería este último detalle en símbolo de lo que sentíamos quizás en algún momento, sé que quizás pensará que me muero por ella, (y quizás tenga algo de razón) pero lo que menos quiero es incomodarla, ya tenía pensado escribirle una carta también diciéndole lo que deseo cuando lea el libro.
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